Palabras expresadas por la senadora Gloria Sánchez Hernández, militante histórica de la solidaridad con Cuba en el estado de Veracruz y legisladora de Morena en el acto celebrado el día 15 de febrero del año en curso en el Senado de la República por motivo de la exposición fotográfica “Los Caminos del Che”.
“Los Caminos del Che”
Muy buenos días a todas y todos.
Querido compañero Leopoldo Valle, representante personal del excelentísimo señor embajador, extraordinario y plenipotenciario de la hermana república de Cuba en México: Marcos Rodríguez Costa, a quien damos la más cordial bienvenida a nuestro país.
Señor Alfonso Carlos Tomada, excelentísimo señor embajador de la hermana república de Argentina.
Colega Julia Argentina Perié, integrante parlamentaria del MERCOSUR.
Muy apreciable señor Darío Fuentes, investigador especializado en la vida de nuestro inolvidable Che.
Querida senadora Susana Harp Iturribaría, presidenta de la comisión de cultura.
Querida compañera Citlalli Hernández, secretaria general del comité ejecutivo nacional de nuestro partido Morena.
Agradezco la distinción tan grande que los organizadores de esta muestra gráfica temporal titulado “Los Caminos del Che”, me hacen acompañar en la inauguración que hoy engalana a nuestro senado.
Recordar al Che, pensarlo y repensarlo, es además de experimentar un asombro cada vez mayor, profundizar en su dimensión humanista, solidaria y heroica…. En esa entrega cotidiana.
Para concretar un ideal, para lograr las condiciones de justicia indispensables que permitan forjar al hombre nuevo que el mismo personificó, a luchar con todas sus fuerzas para acabar con la opresión del poderoso que abusa del débil, concibiéndolo inferior, llevando tal ideal hasta el extremo de entregar la propia vida para lograrlo.
Los viajes de nuestro guerrillero ideal, iniciados antes de nacer, en el vientre de su madre por la geografía de su natal Argentina, que más tarde se prolongaron por nuestra América identificándose con el hombre del continente de los pueblos originarios y su postración social injusta y vergonzante, entregándose sin temores a la atención de un leprosario en ese Perú que hoy resurge, sumándose a la causa progresista de Jacobo Árbenz en Guatemala al contacto con jóvenes cubanos moncadistas como Ñico López, inquietos como él, para después conocerse con Fidel en esta Ciudad de México, donde encontrara el espacio propicio para dar cauce a sus ideales, empezando por la épica travesía del “Yate Granma” que zarpara del puerto ribereño de Santiago de la Peña en Tuxpan, Veracruz, para encallar en las coloradas de la isla de Cuba, con el fin de derrocar a la dictadura batistiana, consolidando la guerrilla de sierra maestra y; protagonizar la batalla definitiva en Santa Clara al lado del comandante Camilo Cienfuegos; abriendo el camino para el paso triunfal de los Barbudos del ejército rebelde, dirigido por el comandante eterno, Fidel Castro Ruz, y, más adelante, contribuir desde muy altas responsabilidades a la construcción de la primera sociedad socialista de nuestro continente, en Cuba, su segunda patria, adonde la niñez y la juventud diariamente proclaman ¡Seremos como el che!.
Consciente de la necesidad de la necesidad de continuar cumpliendo con su tarea histórica, viaja hacia el África y luego a Sudamérica con el fin de liberar a otras tierras del voraz imperialismo y, sin vacilación alguna, emprende desde Bolivia su viaje a la inmortalidad, a la dimensión de los héroes, de los mártires, de los ejemplos preclaros que con su vida enseñan y después de muertos, con su obra ¡Enseñan más!
¡El che es un hombre de todos los tiempos! Los jóvenes del mundo encuentran en él la inspiración para trascender, para reivindicarse en valores, para cultivar la entereza y alimentar la fuerza de voluntad…
En fin ¡los caminos del Che son los que necesariamente llevan a encontrar la razón de vivir y la gloria!
Muchas gracias, CDMX, febrero 15 de 2022
Sen. Gloria Sánchez Hernández